La decisión de editar ambas obras, «Tan largo me lo fiáis» y «Deste agua no beberé», en el mismo volumen asume la hipótesis de que las dos pueden ser obra del mismo autor, Andrés de Claramonte, y dado que ambas fueron representadas en 1617, su contenido puede apuntar a una intención consciente de crítica social y política: la denuncia de un tipo de monarca que es incapaz de administrar la justicia.
La decisión de editar ambas obras, «Tan largo me lo fiáis» y «Deste agua no beberé», en el mismo volumen asume la hipótesis de que las dos pueden ser obra del mismo autor, Andrés de Claramonte, y dado que ambas fueron representadas en 1617, su contenido puede apuntar a una intención consciente de crítica social y política: la denuncia de un tipo de monarca que es incapaz de administrar la justicia. Al mismo tiempo, en cuanto a estructuras formales de índole estética, las características principales de ambas obras son homogéneas, es decir, revelan el mismo sistema estilístico general: selección de formas estróficas, esquema de construcción de personajes, diseño de articulación de conflictos, estrategias de composición de unidades y formas de construcción dramática. La edición que presentamos está, pues, pensada para ofrecer una visión conjunta de ambas obras, en la que se ponga de manifiesto que a «Tan largo» le corresponde el mérito de haber creado el mito de Don Juan, y que «Deste agua» se lea como una obra autónoma, a partir de la cual se puede evaluar la categoría estética de su autor.
Colección
Letras Hispánicas
Código
141619
I.S.B.N.
978-84-376-2464-8
Publicación
18/04/2008
Clasificación IBIC
DD
Formato
Papel
Páginas
320
Autor
Andrés de Claramonte
Andrés de Claramonte y Corroy nace en Murcia, probablemente en 1580, y muere en Madrid en 1626. Su fecha de nacimiento lo sitúa en la generación de Quevedo y Tirso de Molina, coincidiendo sus primeros años con los comienzos de la producción de Lope y Góngora. Su vida transcurre durante los últimos años del reinado de Felipe II, el reinado de Felipe III y los años iniciales de Felipe IV, periodo histórico de profundos cambios políticos, socioeconómicos y socioculturales, que inciden de forma evidente en la actividad teatral. La información que ha llegado hasta nosotros nos muestra a Claramonte, básicamente, como un hombre de teatro, siendo uno de los pocos autores españoles, de cierta importancia, que también eran actores, como Shakespeare y Molière. Puede afirmarse que Claramonte, en su doble vertiente de escritor y comediante, es un hombre estrechamente vinculado a la realidad teatral de su época. En este sentido, su labor como poeta dramático se ve enriquecida por una experiencia directa del funcionamiento escénico y por un marcado dominio de sus códigos, como pone de relieve el actual debate acerca de su relación con algunas de las obras más relevantes de la comedia barroca, reconocidas hasta ahora como de Lope o de Tirso.