Con la llegada del verano, el tiempo libre se convierte en una excelente oportunidad para sumergirse en las páginas de los clásicos literarios que nunca pasan de moda.
En el post de hoy hacemos una selección de obras que no solo ofrecen entretenimiento, sino que también invitan a la reflexión y al análisis profundo de la condición humana y la sociedad. Sin duda, la mejor manera de iniciar tus vacaciones es con un buen clásico en la mano ¡empezamos!
1984 de George Orwell
1984 de George Orwell es un título capital de la literatura distópica y uno de los referentes centrales de las corrientes estéticas, culturales y de pensamiento de nuestro tiempo. Una sátira que reproduce un escenario bastante probable de guerra permanente.
En este título, los grandes sistemas totalitarios manipulan la historia y la educación de la humanidad para controlar las vidas, los pensamientos y hasta los sueños de sus ciudadanos. Además, la obra maestra 1984, hace del lenguaje uno de sus temas centrales insertando en el imaginario contemporáneo palabras y expresiones tan habituales como "doblepensar" o "gran hermano".
Luces de Bohemia de Valle-Inclán
Ramón María del Valle-Inclán es uno de los referentes literarios más importantes de la Generación del 98.
En Luces de Bohemia nos propone Valle-Inclán un recorrido por el Madrid sombrío de principios del siglo XX, de la mano del poeta ciego Max Estrella y su "perro", el buscavidas Don Latino. El prisma desde el que el autor concibe la obra es el esperpento, que consiste en la deformación sistemática de la realidad, y la degradación de una situación, hasta que llega a ser ridícula. "La tragedia nuestra no es tragedia", le dice Max Estrella a Don Latino. Y esa tragedia que no es tragedia es la tragedia del español que vive sin grandeza, sin heroicidades, sin altura de miras, en un momento en el que España se hallaba fuera de las corrientes sociales, políticas, económicas e ideológicas de su entorno europeo: "España es una deformación grotesca de la civilización europea".
La señora Dalloway de Virginia Woolf
Virginia Woolf trató de hallar un camino nuevo para la novela, apartándose del realismo imperante. Está considerada como una renovadora de la lengua inglesa. En muchas de sus obras giran en torno a la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora. Hoy en día sigue siendo un referente para el movimiento feminista.
La señora Dalloway sorprendió en sus sucesivas entregas narrativas: el ataque frontal a la familia o la reivindicación de la independencia económica y moral de la mujer escandalizaron a su época. Los personajes centrales son una mujer madura en plena menopausia física y mental y un joven loco. Un día de junio de 1923, Londres y sus gentes se encuentran y desencuentran.
La quimera de Emilia Pardo Bazán
La quimera es el punto de inflexión para Emilia Pardo Bazán, ya que es el momento en que decide cambiar su rumbo literario hacia algo más innovador y espiritual, introduciendo algunos de los rasgos más característicos de la autora, como su estilo impresionista y su carácter irracional y psicológico.
Inspirada en personajes y sucesos del Madrid reciente, La quimera parte de un fondo auto fictivo para construir una sátira social y, en palabras de su propia autora, "estudiar un aspecto del alma contemporánea" por medio del arte literario.
Un mundo feliz de Aldous Huxley
Un mundo feliz de Aldous Huxley es una de las obras más sorprendentes, innovadoras y futuristas de la literatura del siglo XX. Aldous Huxley consigue el estrellato gracias a esta obra, con la que se consagra como uno de los grandes escritores británicos del momento.
Este título es una obra maestra de la literatura de anticipación, una distopía en la que se presenta un hipotético escenario futuro en el que todo vestigio del pasado ha sido erradicado para sellar una nueva era de la humanidad totalmente desprovista de contenido y sentido histórico.
La colmena de Camilo José Cela
La obra de Camilo José Cela llena gran parte de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX. Casi medio siglo en primera línea, ofreciendo libros que buscan una innovación formal, construyen un mundo y testimonian la vocación y el oficio de un escritor.
Si la publicación de La colmena en 1951 resultó ser un fresco emocionante de la intrahistoria inmediata de España, hoy es, ante todo, una hermosísima novela que expone la difícil esperanza de vida en un mundo gris, aislado y oprimido por una violencia fascista institucionalizada. Una novela que obliga a reflexionar sobre los límites de las relaciones humanas, de la moral individual y colectiva. Una novela que supera el momento histórico y la geografía en los que fue escrita, para poder albergar a lectores distintos y alejados de los iniciales, como certificó la concesión a Camilo José Cela del Premio Nobel de Literatura.
Nada de Carmen Laforet
Carmen Laforet ganó con Nada la primera convocatoria en 1944 del Premio Nadal. Un éxito de crítica y público que catapultó a la fama literaria a su autora con tan solo 23 años.
Andrea, la protagonista de Nada se presenta en un mundo que no solo no es el suyo, sino que la va defraudando progresivamente. Su experiencia central en este entorno hostil consistirá en aprender a mirar, una experiencia en cuyo complejo curso se volverá adulta. La metáfora de la nada no como vacío, sino como sinónimo de lo incomprensible y de su consiguiente decepción, será, por tanto, una de las claves de su actualidad y su belleza.
Madame Bovary de Gustave Flaubert
Madame Bovary es, sin duda, una de las novelas más importantes de la literatura universal. Su publicación en 1856 suscitó un proceso por ofensa a la moral pública y a la religión, del que el autor, Gustave Flaubert, salió absuelto. Favorecida por el escándalo, la novela inició a partir de ahí su camino a la gloria, que el paso del tiempo no hace sino acrecentar.
El tratamiento de la protagonista rompe con la tradicionalidad literaria, algo que influyó fuertemente en el escándalo que esta provocó en aquella época. La historia gira en torno a una mujer recién casada que cae en las trampas de la realidad de un matrimonio sin amor y, por ello, decide buscar esa pasión por otros medios.
Rojo y Negro de Stendhal
Henri Beyle (1783-1842), que sería conocido como "Stendhal", nació en Grenoble y tuvo una infancia marcada por el odio hacia su padre. Milán le abrió las puertas del amor y la literatura y París le acogió durante muchos años. Cuando murió, desconocido del gran público, su epitafio rezaba, en italiano: "Visse, scrisse, amò".
Rojo y Negro cuenta la historia de Julien Sorel, un joven cuyo único objetivo es ascender en la sociedad francesa del siglo XIX, un entorno asfixiante y turbulento, que nos permite descubrir el duelo interior del protagonista, caracterizado por su deseo de éxito. Una pieza clave en la novela europea del siglo XIX.
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