"Yo deseo la felicidad de todo el mundo", escribió Joaquín Sorolla. ¿Qué hizo para conseguirlo? ¿Se puede aprender a ser feliz a través del arte? ¿Por qué disfrutamos al contemplarlo? Articulado a través de "diez lecciones de felicidad", que ofrecen otros tantos puntos de vista transversales sobre la vida y la obra de Sorolla, este libro se interroga sobre el verdadero alcance de su éxito y el placentero bienestar que refleja su pintura.
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Sinopsis
"Yo deseo la felicidad de todo el mundo", escribió Joaquín Sorolla. ¿Qué hizo para conseguirlo? ¿Se puede aprender a ser feliz a través del arte? ¿Por qué disfrutamos al contemplarlo? Articulado a través de "diez lecciones de felicidad", que ofrecen otros tantos puntos de vista transversales sobre la vida y la obra de Sorolla, este libro se interroga sobre el verdadero alcance de su éxito y el placentero bienestar que refleja su pintura. Los críticos contemporáneos coincidieron en afirmar que la alegría de vivir rebosaba en sus cuadros, interpretados como si fueran visiones naturales creadas sin esfuerzo. Sabemos, sin embargo, que en la vida no siempre es fiesta, así que tanta felicidad ha de esconder alguna suerte de ficción. Quizá uno de sus mayores logros haya sido convencernos de su autenticidad.
El relato se ha concebido como una reflexión distendida y delicadamente irónica sobre los tópicos que han envuelto de felicidad a Sorolla, hasta negar cualquier sombra. La luz levanta el ánimo. No hay recurso más eficiente que iluminarlo todo para olvidarse de que no hay nada oculto de lo que preocuparse. Sorolla es recordado como un triunfador que pintaba gentes felices en lugares maravillosos. El arte es una extraordinaria ilusión. No pretendamos que también sea real. En la vida no se puede tener todo.