El 14 de febrero se celebra la fiesta más romántica del año, San Valentín, y nosotros queremos declarar nuestro amor por los libros. Desde Ediciones Cátedra compartimos nuestra recomendación para enamorados de la lectura.
Orgullo y prejuicio, de Jane Austen
Orgullo y prejuicio publicada por primera vez el 28 de enero de 1813 como una obra anónima, es la más famosa de las novelas de Jane Austen y una de las primeras comedias románticas en la historia de la novela. Su primera frase es, además, una de las más famosas en la literatura inglesa: «Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa». Para algunos críticos se combinan en ella las tradiciones de la sátira poética y la novela sentimental, dando lugar a una novela entretenida, de suspense y de ataque a los vicios sociales más clásicos.
Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
Hoy en día se considera Cumbres Borrascosas como una de las grandes novelas inglesas entre los clásicos de la literatura. En su época produjo un profundo asombro ante el espectáculo de una historia de amor tan apasionada, que al parecer rebasaba los límites impuestos por la moral ortodoxa reinante. Sus protagonistas, unos seres implacables con espíritus depravados, reflejan el temperamento de su autora, una muchacha audaz y apasionada.
La edad de la inocencia, de Edith Wharton
La edad de la inocencia pertenece a esa categoría de obras escritas durante la Gran Guerra o la posguerra en las que los fantasmas de la conflagración se resisten a descansar. La edad de la inocencia no es sólo un retrato insuperable del inicio del declive de la alta sociedad tradicional de Nueva York, con sus esplendores y sus miserias, sino también una novela que plantea las idas y venidas, y sobre todo las dolorosas contradicciones, de la pasión amorosa.
Anna Karénina, de Lev Tolstói
Inspirada en algunos hechos reales, la historia tiene como eje el adulterio de la protagonista; sin embargo, éste es sólo parte de una de las tres historias conyugales que se entrelazan en la obra con sus pasiones, sus sufrimientos y sus alegrías, y en todas las cuales late, enorme, esa pulsión de vida que pocos autores como Tolstói han sabido imprimir a los personajes de sus novelas.
Veinticuatro horas en la vida de una mujer y otros relatos, de Stefan Zweig
Veinticuatro horas en la vida de una mujer (1927) condensa en su historia la torrencial variedad de emociones por las que su protagonista se ve arrastrada al enamorarse inesperadamente de un extraño. Stefan Zweig, en esta corta novela, narra una historia y describe las pasiones arrolladoras que van inundando el corazón y la mente de Mistress C., desde la compasión al aniquilamiento, pasando por el amor y la pasión. Se interna en el alma femenina durante un corto pero decisivo periodo.
Rheinsberg; El palacio de Gripsholm, de Kurt Tucholsky
Rheinsberg. Un libro de imágenes para enamorados, primera obra literaria de Kurt Tucholsky, relata la escapada de tres días de una joven pareja a un popular destino vacacional, con la idea de entregarse apasionadamente a su aventura amorosa. Cosechó un importante éxito de público debido a la libertad con que sus jóvenes protagonistas desafiaban las convenciones sociales. El palacio de Gripsholm, presenta una narración salpicada de recuerdos y reflexiones en torno a hechos históricos que deja ver los numerosos cambios en la sociedad y las relaciones personales que se vivieron durante los años veinte
El retrato de una dama, de Henry James
El retrato de una dama gira en torno a la joven e inteligente, a la vez que presuntuosa, Isabel Archer, quien se ve obligada a trasladarse a Inglaterra desde su Estados Unidos natal. Una vez allí, establece distintas relaciones con otros americanos trasplantados, así como con la sociedad británica. La belleza y distinción de las que hace gala no pasan inadvertidas y son varios y de distinta laya los que la pretenden. Su elección final la llevará, paradójicamente, a poner de manifiesto toda su grandeza.
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